Deadbots o Griefbots y Legados: cuando la IA nos ayuda a recordar a nuestros difuntos

Deadbots

La Navidad es la época perfecta para estar con la familia y los seres queridos, pero también invita a recordar a quienes ya no están con nosotros. La muerte, de hecho, es un tema fundamental en todas las culturas. Por ejemplo, en Gran Bretaña se celebraba Halloween a principios de noviembre como una festividad celta; posteriormente, la Iglesia cristiana la transformó en la Noche de las Ánimas el 31 de octubre y en Todos los Santos el 1 de noviembre. En Sudamérica y, especialmente, en México se celebra el día de los Muertos, el 1 y 2 de noviembre para recordar y honrar el espíritu de los difuntos. En China también son recordados los muertos en el mes de abril, donde las familias limpian las tumbas y escriben cartas a sus antepasados y les cuentan lo que les ha sucedido en los últimos doce meses. La creencia de que nuestros seres queridos siguen siendo accesibles de alguna forma después de la muerte existe en casi todas las culturas del mundo, desde los budistas japoneses hasta los hinduistas de la India.  

A continuación, os vamos a explicar diferentes herramientas de IA para recordar a nuestros seres queridos fallecidos. Hoy en día, la inteligencia artificial (IA) está emergiendo como una herramienta poderosa para ayudar a las personas en su proceso de duelo. En este artículo, exploraremos varias herramientas de cómo la IA está transformando el modo en que las personas enfrentan y gestionan la pérdida de un ser querido. Existen herramientas que usan la IA para organizar recuerdos (legados virtuales) y otras que generan contenido, como los chatbots diseñados específicamente para el duelo, también conocidos como griefbots o deadbots (avatares conversacionales que simulan a personas fallecidas). Ambas usan IA, pero su impacto emocional, ético y psicológico es muy distinto.

1) Legados Virtuales y Homenajes Digitales

Estas herramientas no intentan “revivir” a la persona, sino conservar su historia, su voz o sus recuerdos para las generaciones futuras. Funcionan como una evolución tecnológica del álbum de fotos, el diario o las memorias grabadas.

¿Cómo funcionan?

  • Se recopilan audios, vídeos, textos, entrevistas o fotografías
  • La IA ayuda a organizar, indexar y presentar esos recuerdos
  • El foco está en el relato vital, no en la conversación simulada

Ejemplos:

1. HereAfter AI:

Su fundador, James Vlahos, creó el primer prototipo cuando su padre estaba muriendo de cáncer terminal. Vlahos grabó la historia de vida de su padre y pasó casi un año programando una réplica en forma de chatbot: el ‘Dadbot’. Este «Dadbot» podía revivir las historias de su padre a través de mensajes de texto, audio, imágenes y vídeo.

Permite a una persona (en vida) responder a más de 300 preguntas sobre su infancia, juventud, carrera, familia, lecciones de vida, anécdotas. Todo ese “legado” queda grabado junto con imágenes o fotos, vídeos, etc de la persona. En vez de tener un álbum de fotos donde recordamos a nuestro ser querido, tenemos grabaciones sobre su vida e imágenes. Tras su fallecimiento, sus seres queridos pueden hacerle preguntas al «avatar» y este responderá reproduciendo el audio original grabado por la persona. Es como un libro de memorias que habla. Esta aplicación te permite dos semanas gratis de prueba y entonces te cobran desde 4 a 8 dólares al mes, según el tipo de suscripción que elijas, de básica a avanzada.

2. Almaya:

Almaya es una aplicación creada por el argentino Martín Kogan que permite crear un backup de la mente de los usuarios para que quienes tengan acceso puedan dialogar con ellos, aunque ya hayan dejado el plano terrenal.

Los usuarios responden 400 preguntas mediante videos grabados con cámara frontal. Con ello crean su autobiografía digital con todos sus recuerdos y vivencias. Una vez fallecida la persona y por medio de un chatbot llamado Alma podemos conversar con nuestro ser querido. Le formulamos una pregunta al chatbot y se nos aparecerá la respuesta en vídeo de la persona (que en su día se grabó). Esta plataforma es totalmente gratuita para su uso básico y tiene una opción pro o suscripción que es de 199 dólares en un solo pago o suscripción de por vida.

2) Griefbots y Deadbots: Chatbots del duelo.

A diferencia de los legados virtuales, estas herramientas utilizan IA generativa para mantener conversaciones dinámicas, lo que genera tanto esperanza como controversia, ya que aquí entramos en un terreno más delicado. Los griefbots utilizan modelos de lenguaje generativo para simular conversaciones con personas fallecidas, basándose en sus mensajes, audios, vídeos o estilo comunicativo. No reproducen algo grabado; «piensan» cómo respondería esa persona basándose en sus datos.

¿Cómo funcionan?

  • Se entrenan modelos con datos personales del fallecido
  • La IA genera respuestas nuevas, no dichas en vida
  • Se crea una ilusión de continuidad relacional

Ejemplos:

1. You, Only Virtual (YOV):

Justin Harrison creó YOV tras enfrentar un accidente de motocicleta casi fatal y el diagnóstico de cáncer en etapa 4 de su madre. La filosofía de la empresa se resume en su lema: «Nunca tengas que decir adiós».

Los usuarios proporcionan sus datos: mensajes de texto, audio, vídeo. El sistema analiza las comunicaciones durante 2-3 meses, y crea un «Versona»  o persona virtual que captura la esencia de la relación. El avatar puede evolucionar con las interacciones. Aunque no publican su tarifa, cobran 399 dólares como tarifa única o 19,99 dólares al mes.

2. Project December:

Project December fue creado por el desarrollador de juegos Jason Rohrer en 2020 para permitir que cualquier persona se creara su propio chatbot y le diera la personalidad que quisiera.  La tecnología que utilizó fue la api de ChatGPT 2 de OpenAI. Al principio la mantuvo en privado pero al ver que funcionaba también la hizo pública o de acceso abierto a todo el mundo. Fue cuando un usuario llamado Joshua Barbeau utilizó Project December para recrear a su novia Jessica, fallecida ocho años antes, alimentando el sistema con mensajes de texto y contenido de Facebook. Este caso se volvió viral y generó intensos debates éticos.

El funcionamiento es muy sencillo: el usuario proporciona información sobre la persona fallecida, texto únicamente (sin voz ni imagen) y el sistema genera respuestas basadas en GPT. El pago por sesión es de 10 dólares por conversación.

¿Estas herramientas son una ayuda o un daño?

No vamos a entrar a fondo si esta tecnología es ética, legal o sana ya que toda posición maniquea carece de sentido. Como ya sabemos, nada es blanco o negro y esta tecnología no es ni buena ni mala. Es una herramienta que depende como se use tendrá un efecto nocivo o perjudicial o todo lo contrario. Pero sí es cierto que hay temas que se deben de tener en cuenta como son:

1) El Consentimiento del Fallecido: La tecnología plantea importantes preguntas sobre los derechos, dignidades y poder de consentimiento de las personas que ya no están vivas.

2) El problema de la dependencia: Esta tecnología puede ser adictiva: está diseñada de manera que te mantenga comprometido, y puedes ser fácilmente manipulado. La psicóloga Belén Jiménez señala que el riesgo aparece cuando la herramienta deja de ser un apoyo puntual y se convierte en un sustituto emocional.

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